martes, 26 de enero de 2010

Ángela y Quino Pescan (Viaje Al Centro De La Tierra)


Suelo cumplir años cada año alrededor del 22 de agosto. Este suceso lleva repitiéndose 22 años por el momento. No es éste, sin embargo, un dato realmente relevante para la historia que a contarles voy, pero sirve para ponerles en situación.
Allá por el verano de 2008, concretamente el 23 de agosto de 2008 (un día después de mi 21 cumpleaños, y creo que una semana después de haber decorado mi hermosa pantorrilla con púas de erizos del mediterráneo), decidí hacer una "moraga" (como lo llaman por aquí) para juntarme con unos amigos a rememorar mi nacimiento. Una "moraga", para los que desconocen el término, consiste por lo general en reunirse con gente en la playa de noche a comer, beber y drogarse si cabe. Bien, recuerdo que habíamos quedado todos en el espigón de la "Térmica" a las siete u ocho de la tarde apróximadamente, por lo que aún era de día en estas latitudes.
Volante de Peugeot 206 en mano, y maletero y parte trasera de Peugeot 206 repleta de trastos y enseres necesarios para nuestra velada, nos dispusimos Ángela, yo y no sé si alguien más, a tirar pa' la playa.
El camino bien, bonito y encima corto, pues vivo relativamente cerca en coche de la "Térmica". Lo único que podía hacer que aquel día no fuese perfecto, era mi piernita llena de agujeros de púas, aún sin curar y resentida, por lo demás, hasta el viento parecía soplar a nuestro favor. A pesar de haber sufrido un accidente doloroso una semana antes pescando, decidí que una buena forma de celebrar mi cumpleaños sería llevarme la caña de pescar por si esta vez había más suerte. Un poco desvergonzado por parte del anfitrión de la fiesta, el dejar a los invitados celebrando mientras yo me piraba a la orilla cada dos minutos a revisar la caña. No obstante, siempre fui un desvergonzado, pero los que me aman me lo perdonan.
Llegamos a la "Térmica", es hora de dejar el camino de asfalto para entrar en un camino de tierra que nos llevará hasta el mismito espigón, el cual en verano está lleno de coches aparcados, e incluso autocaravanas acampadas allí durante todo el verano. Conforme voy avanzando con mi pesada carga, voy notando como el terreno se hace menos sólido y por tanto más movedizo cada metro que me acerco al espigón. No obstante, el espigón está lleno de coches y ese es el único camino para llegar hasta él, por lo que deduzco que no voy a tener ningún problema para llegar yo también.
Si consigues parking en el espigón en verano has triunfado, pues puedes disfrutar de un baño salado con tu coche a escasos 10 metros, y por supuesto teniendo en cuenta la de cosas que había que descargar de mi coche, no iba a desperdiciar la posible oportunidad de dejarlo lo más cerca posible.
Cuando llego al principio del espigón, aparco sin problemas y nos bajamos para reunirnos con la gente que haya ya por allí, buscar un lugar donde asentarnos y a continuación, descargar el vehículo. Ahora que recuerdo era Andrea quien venía con nosotros en el coche, Andrea y su recién adquirida cámara de fotos reflex, eso si que es un camarón, aunque más que de la isla, aquel día del espigón. Además de nuestra amiga, es nuestra fotógrafa oficial. Pues eso, bajamos los tres del coche y vimos que Miwe y Ana ya estaban allí esperando. Los cinco buscamos un asentamiento apropiado y yo volví al coche a descargar poco a poco.
Avispado de mi, vi que había un nuevo aparcamiento mucho más cerca, así que me monté en el coche, arranqué y comencé a avanzar por aquel angosto espigón, que a pesar de angosto, en cierto punto se dividía en dos carriles, formados de manera artificial por una fila de coches que había aparcados en el centro de la vía. ¿Por dónde tirar?, ¿izquierda o derecha?, ambos tenían huellas de vehículos así que cogí el más cercano a mi posición actual, el de mi derecha...chucu...chucu...chucu...(avanzaba lento como si de un tren de vapor se tratase)...y de repente...chuuuuuuuuuuuuu!!!...siento como si hubiese comenzado a descender una leve cuesta, un bache por medio segundo y a continuación se paró el vehículo...parecía como si el coche hubiese intentado lanzarse a hacer el pino, pero se hubiese clavado en el suelo de bruces...lo peor es que no podía seguir avanzando, así que meto marcha atrás...y el coche hace el intento de reponerse pero nada...¡PREMIO!...ha elegido el carril de la derecha...en el que teníamos escondido para usted un hoyo de medio metro cubierto por fina arena y decorado con huellas de TODOterreno...ahora mi coche estaba hundido, encallado...perdido...y yo estaba hundido y bien jodido...mi primera reacción es la de cualquiera con serenidad y templanza, con seguridad y experiencia: aceeeeeleraaaaaaaaaaaaaar para hacer el agujero más grande y así conseguir que la "tierra me tragaseeeee" con el coche incluido...pa'lante, pa'trás...y ni pa'lante ni pa'trás...la batalla estaba casi perdida...así que no me quedó otra que salir a buscar ayuda...recurrí a los cuatro que me dejé en el asentamiento...entre todos descargamos el coche para que pesase menos...aunque eso ya no importaba, ahora la gravedad trabajaba por sí sola. Yo me metí dentro, y dirigía el acelerador y las marchas mientras los demás intentaban empujar...nada...metimos bajo las ruedas piedras, palos, se me occurrió hacer que el hoyo llevase hasta el principio del camino casi...para salir normalmente, pero ¡no! no funcionó. Ahora tenía espectadores, todos las familias y gentes que por allí estaban se acercaron a mirar...unos pocos, a los que estaré eternamente agradecido, se acercaron a ayudar. Un joven me dijo que unos días antes le había sucedido lo mismo en el mismo sitio, y se unió a empujar, un padre y un hijo se unieron también a empujar, una mujer propietaria de una de las autocaravanas nos dejó unos arneses...se lo agradecí un montón, pero estos eran inútiles sin otro vehículo que lo remolcase........mala suerte la mía que no pasó por allí ningún recordman de los que mueven Jumbos con arneses en los pelos de la nariz. Llegaron Juanma y Chiky y un poco después Juan y Marga. Ahora había más de diez personas, empujando uno de los coches que menos pesan del mercado, y el coche seguía clavado allí...mi desesperación creció, así que decidí llamar a la grúa del seguro y pasar de seguir intentándolo, yo estaba de arena hasta las cejas y dejé a Juan dirigiendo el coche mientras el resto ideaba y empujaba, todos serviciales. Puse las polizas y el coche lleno de mierda, porque la arena de aquella playa esta mezclada con mierda de caballo, fijo...y yo llevaba media hora revolcándome por la arena y haciendo hoyos por todos lados, como topo sin control.
Conseguí encontrar el teléfono de la grúa y me pasó algo muy, muy interesante, me tocó un teleoperador mongólico...desde luego que no me lo esperaba...teleoperadores tontos, ¿dónde se ha visto eso antes? el majara decía que sólo podían venir a dar un tiron del coche, que si lo tenía que remolcar me cobraban, y yo le había dicho al "sío puta" que eso era lo único que quería...y el tío seguía insistiendo y perdiendo el tiempo, y yo veía a la gente sudando y a mi coche cada vez más enterrao. Llamar a la grúa es como llamar a la ambulancia, pierden el tiempo por teléfono en cosas inútiles, por desgracia me he visto en la situación de tener que llamar a la ambulancia para que vengan para seres queridos y más de una vez:.....
-Hola, necesito una ambulancia urgente, mi madre está inconsciente.
-(Operador) ¿qué edad tiene tu madre?.
Tu puta madre en tanga!!! operador, qué coño te importa la edad de mi madre ahora mismo, manda una puta ambulancia y se lo digo a los médicos, cabrón del culo.
Volvemos a la historia, porque justo antes de llamar a la grúa, se acercó un caballero con una furgoneta grande y aún tenía a la vista el arnés que me habían prestado, el tío se acercó con el vehículo marcha atrás, en posición de remolcar mi coche. Se bajo de su furgoneta y pensé que venía a salvarme, se acercó a pie y:
-(Furgoneto) ¿se te ha hundido el coche?.
Me cago en tu padre conductor de furgoneta, no se me ha hundido, es una excavadora y estamos liaos con las obras del metro. Así que se despidió con un: -A mi me pasó una vez y llamé a la grúa y me clavaron, ten cuidado.
Hijo puta, eso es porque no tenías seguro...
Unos ayudando y otros jodiendo la marrana...pero entonces hice la llamada a la grúa como os comentaba, y tras cinco minutos de negociación estupida con el teleoperador, conseguí...que...me...mandase...una...gr.........weeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee!!!!!!
- ¿Oiga? a la mierda la grúa de los cojones...¡que ya me han sacao el coche!
¡Si señor! tras 40 minutos de arduo trabajo, aquel improvisado equipo de obreros consiguió desencallar mi vehículo. La euforia se apoderó de mi y me puse a dar gritos invitando a pinchitos a "mi equipo" de obreros y al resto de la playa...por un momento pensé que vendrían los de las noticias de las nueve a hacerme un reportaje en directo, ya estaba viendo los titulares tan "graciosos" y originales de los redactores de noticias: "Viaje Al Centro De La Tierra".
Por supuesto, después de aquel jaleo...aparqué el coche a tres metros del lugar del crimen, y tuvimos fiesta hasta tarde, pero el tema principal de conversación fue, como no pudo ser de otro modo, aquel. Vinieron los que faltaban, y cuando empezamos a relatarle aquella aventura, no se lo creían.
Aquella noche fui a la playa con intención de celebrar mi cumpleaños y de echar la caña un rato, pero esta vez las cosas no se truncaron pescando, sino incluso antes de empezar. No obstante, además de tener fiesta, lancé la caña unas cuantas veces, aunque no picó nada, demasiada emoción hubiera sido para un solo día. Volví a casa aquella madrugada, además de con cansancio, con más experiencia pa' la saca. Había aprendido que sólo los personajes de Verne pueden llegar con éxito al "Centro de la Tierra". Había aprendido a sacar un coche de un hundimiento, qué cosas hacer y qué cosas no hacer, había aprendido la forma de proceder al llamar a la grúa para una urgencia, pero sobre todo había aprendido que sigue habiendo gente buena en el mundo, conocidos y desconocidos, dispuestos a ayudar a otros cuando lo necesitan, sin esperar nada a cambio...aún andan por el mundo unos cuantos a los que debo un gran favor y un par de pinchitos, pues eran anónimos que me sacaron de un problema y se marcharon sin avisar...a todos...GRACIAS.