lunes, 3 de septiembre de 2007

A tí, escritor


A tí, escritor que aún no conozco más que por escasas pero extraordinarias incursiones en los medios. Espero saber de ti pronto, pues siento ansias por descubrir los pensamientos de alguien que tanto ha hecho por la literatura, o al menos eso creo, pues ya te digo, aún no se más que tu nombre, y tu apariencia de ser huraño y encerrado en si mismo, cuya única válvula de escape son las teclas de aquella vieja máquina de escribir que una vez te vi usando, cuando unos periodistas con cámara invadieron con tu permiso, el lugar donde diste vida a todas tus obras, de las cuales no he leído una sola, nunca tuve el empuje necesario para ello hasta ahora. Tú como tantos otros, últimamente has sido tan ignorado por una sociedad en la que las letras se desvanecen encerradas en libros aún plastificados, apilados en estanterías de casas, dónde simulan el falso interés de estas familias por la cultura, y adornan un vacío en sus vidas. El mundo de las apariencias es sano para la literatura, pues incluso quien no lee, compra libros para sus estanterías. Si compran libros, los escritores comen, pues no todos pueden permitirse escribir por placer, si estos comen, escriben nuevas obras, de las cuales alguna desvelará un secreto o tocará una fibra a la humanidad y pasará a la historia, así será conservada durante cientos y miles de años para que los que estén por venir sepan que fue de sus antepasados. Las palabras de nadie son en vano, todos tienen algo que contar, algo que decir, y sin embargo quedan en el olvido más libros de los que pasan a la historia, pues aún no, y parece que cada vez menos, sabemos valorar lo que dicen o hacen los demás. Quizá no sepamos escuchar la voz del mundo, o tal vez no querramos conocer las ideas de los que las quieren transmitir, por temor a aceptarlas, por envidia al no haber llegado tú a dichas conclusiones, o simplemente por simple indiferencia. No hay nada más triste que ella, la ramera indiferencia, que al igual que la ignorancia, le gusta ir con todos y cualquiera, acompañan a pobres, pero también, y no menos, a ricos, a feos, y no a menos guapos. Se transmiten como si del sida estuviésemos hablando, pues aquellos que no se interesan por saber, inconscientemente inculcarán la indiferencia a sus hijos, y estos a sus hijos, y así sucesivamente, hasta que nazca el que quiera elegir un camino diferente al de los suyos.
Nadie sabe, nadie sabe, lo que nadie quisiera saber...pues no saber es fácil y cómodo, desde el punto de vista práctico.
Muchos no leen por miedo a no comprender, muchos otros no escriben por miedo a no ser comprendidos, porque piensan que el escritor nace, y en parte es cierto, pues el escritor nace, aunque no en unos pocos, sino en todos los seres humanos, y sólo son unos pocos quienes despiertan su escritor interno. Ya digo que todos tienen algo que decir. Tú, escritor, fuiste uno de esos que supo despertar ese espíritu aventurero y arriesgado, para, sin salir de tu habitación, viajar a los rincones más recónditos del alma humana, más inmensa que el propio universo, pues en ella cabe lo que no puede oírse, verse, olerse, tocarse, ni gustarse. Cabe el infinito.
Escribo
para tí un pequeño homenaje, pues sé que lo mereces al igual que tantos otros que se fueron sin decirme adiós, de ti pensaron muchos que eras un jodido borde y altivo, aunque imagino que la culpa es del mundo, nunca del sufridor, has tenido que dejar esta vida de viejo para que yo me interese por aquello en lo que has trabajado a lo largo de toda tu existencia, tu literatura. Te marchaste hace unos días, pero los programas televisivos que ocupan la mayor parte de la parrilla hicieron más caso a otros en tu situación, quedaste un poco a la sombra sin merecerlo, la prensa rosa no habló mucho de ti, por lo tanto supongo que no serías rosa, pero ahora sé con toda certeza que eras mortal.


A Francisco Umbral (1935-2007)

D.E.P.

1 comentario:

Ángela dijo...

Ojalá pudiera leerlo a quien va dirigido.Hay mucha verdad en tus palabras, el ignorancia se apodera del mundo y solo hay sitio para la "diversión", esa con la que algunos "consumen" sus vidas y las ponen en riesgo, todo por "diversión". Espero que siempre quede alguien al que le guste descubrir el infinito por a través de las letras.
Eres MAGNÍFICO.